Trump camina sobre la cuerda floja en conferencia de prensa en Mar-a-Lago

El presidente electo Trump intentó enhebrar una jeringuilla durante su conferencia de prensa del lunes en Mar-a-Charcal, rechazando las sugerencias de que su sucursal entrante sería peligrosamente radical, aun cuando evitó cualquier indicio de retroceso vivo.

La interpretación de Trump que apareció delante los periodistas en su resort de Florida fue, en ocasiones, tonalmente diferente de la retórica del arrojador de bombas en sus mítines de campaña.

En particular, buscó apaciguar a quienes han presentado a sus nominados, especialmente a Robert F. Kennedy Jr., bajo una luz peligrosa.

Pero todavía había mucho para atemorizar a los detractores de Trump (y deleitar a su colchoneta), incluida una amenaza de demandar por una investigación de un importante encuestador de Iowa que dio una impresión mucho más conveniente para la vicepresidenta Harris que la que se reflejó en el resultado de noviembre en el estado de Hawkeye.

Trump dijo que demandaría por un sentido de “obligación” y no porque quisiera hacerlo por la investigación de Ann Selzer publicada por The Des Moines Register.

Sin requisa, los comentarios de Trump sobre Kennedy fueron especialmente sorprendentes. El descendiente de la famosa comunidad se encuentra en el Capitolio esta semana, buscando conseguir el apoyo de los senadores republicanos.

Si todos los demócratas votaran en contra de la nominación de Kennedy para dirigir el Área de Lozanía y Servicios Humanos, Kennedy sólo podría permitirse el fasto de perder a tres republicanos.

El extremo incredulidad de Kennedy sobre las vacunas es, con diferencia, el hábitat más controvertido de sus creencias heterodoxas sobre la vigor pública.

Otros principios de sus puntos de clarividencia, incluidas sus críticas a los alimentos excesivamente procesados ​​y a la cercanía entre la industria farmacéutica y sus reguladores, encuentran un apoyo mucho más amplio.

La flamante revelación de que un abogado y amigo de Kennedy había solicitado revocar la aprobación federal para una interpretación de la vacuna contra la polio aumentó el sacudida de señal en los círculos de vigor pública.

Asimismo obtuvo una reprimenda al punto que velada del líder saliente de la minoría del Senado, Mitch McConnell (R-Ky.), quien sufrió polio cuando era peque.

“Los esfuerzos por socavar la confianza del sabido en curas comprobadas no sólo son desinformados: son peligrosos”, dijo McConnell, quien dejará su puesto de líder pero votará sobre la nominación de Kennedy como senador en control, en un comunicado del viernes.

Pero Trump buscó presentar las creencias de Kennedy bajo una luz más legítimo.

“Creo que descubrirás que Bobby es… un tipo muy racional. No vas a perder la vacuna contra la polio. Eso no va a suceder”, insistió Trump durante su conferencia de prensa del lunes.

Trump dijo que él mismo es un “gran creyente” en la vacuna contra la polio y afirmó adicionalmente que Kennedy no revocaría ninguna vacuna.

En cambio, Trump se posicionó como un escéptico de los mandatos más que de las vacunas per se.

Políticamente hablando, la importancia de los comentarios sobre Kennedy es que Trump necesita que sus esfuerzos de transición avancen lo más suavemente posible.

Ya perdió a un candidato de parada perfil, luego de que el exrepresentante Matt Gaetz (republicano por Florida) se retirara de la consideración para ser fiscal genérico. Otra persona partidario a Trump, Pam Bondi, quien fue fiscal genérico de Florida, ahora ha sido nominada.

Encima de Kennedy, hay signos de interrogación sobre al menos dos de los nominados destacados de Trump: el comentarista de medios Pete Hegseth, quien ha sido nominado para ser secretario de Defensa, y la ex representante Tulsi Gabbard (Hawái), elegida por Trump para ser directora de inteligencia doméstico. .

Sin requisa, en la conferencia de prensa del lunes, Trump enfatizó adicionalmente que apoya a Hegseth, quien había sido presionado en medio de una reproche de golpe sexual, lo que el ex comentarista de Fox News niega.

Asimismo ha habido informes de consumo excesivo de licor y mala papeleo por parte de Hegseth en otras organizaciones para las que ha trabajado.

Trump sostuvo que Hegseth ha estado “haciendo enormes avances” con su nominación durante la semana pasada, al tiempo que rindió homenaje a las habilidades mediáticas de su candidato y dijo que sería una “tragedia” si no fuera confirmado.

En términos más generales, Trump buscó crear alguna apariencia de bipartidismo, aunque sea débil, al simpatizar con la difícil situación del corregidor de la ciudad de Nueva York, Eric Adams (D).

Trump sugirió que consideraría perdonar a Adams, a quien, según el presidente electo, ha sido tratado “sobrado injustamente”.

Adams fue acentuado en septiembre de soborno, financiación de campañas y delitos de conspiración.

Adams, que permanece en el cargo, ha seguido el ejemplo de Trump, afirmando su inocencia e insistiendo en que es víctima de un procesamiento por motivos políticos.

De acuerdo con el tono poco conciliador, Trump igualmente pareció retroceder en la sugerencia de que el autoridad de Florida, Ron DeSantis (R), debería nombrar a la nuera del presidente electo, Lara Trump, para el Senado.

Habrá una vacante porque Trump nominó al senador Ámbito Rubio (republicano por Florida) para ser su secretario de Estado.

Hablando de DeSantis y la intrepidez sobre a quién nombrar en puesto de Rubio, Trump dijo: “Es su sufragio. No tienes carencia que ver conmigo. Lara es increíble”.

Para ser claros, esto no fue que Trump se ablandara.

Encima de la amenaza de demandar por las elecciones de Iowa, igualmente defendió, una vez más, su propuesta de imponer fuertes aranceles a las importaciones a Estados Unidos.

Muchos expertos creen que los aranceles son una útil ineficaz y se sumarían a las presiones inflacionarias de las que la caudal del país se ha recuperado recientemente. Pero Trump no parece estar de humor para dar marcha antes.

“Nuestro país ahora mismo pierde frente a todos. No tenemos superávit con casi nadie”, afirmó.

Siendo Trump Trump, igualmente intervino en dos de las historias más virales del país: el crimen del director ejecutante de UnitedHealthcare, Brian Thompson, y la aparición de una gran cantidad de drones en los cielos del noreste.

Trump se quejó de la estima popular por el hombre acentuado del crimen de Thompson, Luigi Mangione, de 26 abriles, y sostuvo que el gobierno sabe más de lo que admite sobre los drones.

Pero, sobre todo, este era el Trump en su forma menos caótica.

Al menos por ahora, el presidente electo parece querer que el camino alrededor de el poder el próximo mes esté lo más desocupado de obstáculos posible.

The Memo es una columna publicada por Niall Stanage.

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